API (Interfaz de programación de aplicaciones)
Una API (interfaz de programación de aplicaciones) permite conectar dos soluciones informáticas entre sí para que la recogida y actualización de datos sea más fluida.
Esta sincronización es práctica, porque evita las dobles entradas y reduce considerablemente el riesgo de error humano (omisiones o entradas incorrectas). Por tanto, los datos son más fiables y, para el usuario, el ahorro de tiempo es una auténtica ventaja.